ESA TRISTE GUITARRA… UN SAX CON ALMA
Existen en el mundo de la música figuras señeras, grupos que terminan con un ciclo, iniciando un nuevo estilo e implantando modelos que siguen generaciones actuales.
En 1958, cuando en el panorama musical las grandes orquestas eran quienes marcaban el ritmo, decenas de músicos, cuerdas, percusiones, metales y alientos se fundían con los coros, para traernos, melodías como Norma la de Guadalajara con Dámaso Pérez Prado, Florecida interpretada magistralmente por Carlos Campos y su orquesta; o el Danzon con su alto contenido de sensualidad en donde los movimientos y la música se daban para bailar en un solo ladrillo.
Nombres como Gamboa Ceballos, Pablo Beltrán Ruiz, Pepe Castillo, Felipe Urban, Alejandro Cardona o Acerina y su danzonera llenaban los salones de baile; sus nombres llenaban las marquesinas de los mejores teatros y salones de baile.
En la península de Yucatán, la orquesta Aragón, era la que dominaba con su música, las estaciones de radio reproducían las piezas de estos músicos cubanos. Sin embargo 6 jóvenes, Fernando Calderón, Ángel Pavía Mendoza; Sigfrido López, Gener López Cárdena, Manuel Alberto López Ávila y Weyler Rodríguez, irrumpen en la escena musical, para dar lugar al nacimiento de la música grupera y al conjunto “Los Aragón”.
Los Aragón iniciaron un recorrido musical por la región; logrando impactar al publico. Su singular éxito los llevo a ocupar un lugar entre la bella música, la que llego para quedarse la música de hoy, mañana y siempre. Le llegaron contratos para tocar en los lugares más populares y graban con la marca Musart poco más de 55 discos de larga duración.
El éxito de sus actuaciones personales, les trajo consigo contratos para películas y giras más allá de nuestras fronteras. Los Aragón rompieron con los esquemas de su época. El antecedente del grammy premio a lo mejor de la música; fue ganado por los Aragón, con la canción “Sin Final” tema de la película el vuelo del Fénix.
En esta región del camino real y los chenes; Los Aragón fueron innovadores de la música tropical, del bossa nova, del Cha Cha Cha, Danzón, Mambo, y de clásicas de la música instrumental, que en estos músicos eran verdaderas creaciones. La orquesta de Don Ponciano Blanqueto era el complemento ideal para hacer de los bailes, verdaderas fiestas populares y punto de encuentro de las familias .
En 1961 se incorpora a este versátil grupo, Ruy Medina Mena, que es quien catapulta a Los Aragón” a otras dimensiones del mundo de la música. Canciones como Tema de Tracy, Amor Indio, Macarena Mambo, Sin Final, Atlántico, El Cable, La Vaca Vieja (su himno), eran tocadas por todas partes y los Aragón pasan a la historia como los pioneros de la música grupera en México, mucho antes que Los Socios del Ritmo de Campeche, Los Pentágonos, Los Sonor´s de Sonora por citar algunos.
Gener, Ruy, Sigfrido, Manolo, Pavía y Fernando, llenaron toda una época, hoy ya no están sobre el escenario, solo queda el recuerdo de sus actuaciones, de sus canciones y de la huella imborrable de la música, que hiciera bailar a nuestros padres y abuelos, la música alegre, contagiosa que hoy se añora. Porque ya no están Los Aragón.
Existen en el mundo de la música figuras señeras, grupos que terminan con un ciclo, iniciando un nuevo estilo e implantando modelos que siguen generaciones actuales.
En 1958, cuando en el panorama musical las grandes orquestas eran quienes marcaban el ritmo, decenas de músicos, cuerdas, percusiones, metales y alientos se fundían con los coros, para traernos, melodías como Norma la de Guadalajara con Dámaso Pérez Prado, Florecida interpretada magistralmente por Carlos Campos y su orquesta; o el Danzon con su alto contenido de sensualidad en donde los movimientos y la música se daban para bailar en un solo ladrillo.
Nombres como Gamboa Ceballos, Pablo Beltrán Ruiz, Pepe Castillo, Felipe Urban, Alejandro Cardona o Acerina y su danzonera llenaban los salones de baile; sus nombres llenaban las marquesinas de los mejores teatros y salones de baile.
En la península de Yucatán, la orquesta Aragón, era la que dominaba con su música, las estaciones de radio reproducían las piezas de estos músicos cubanos. Sin embargo 6 jóvenes, Fernando Calderón, Ángel Pavía Mendoza; Sigfrido López, Gener López Cárdena, Manuel Alberto López Ávila y Weyler Rodríguez, irrumpen en la escena musical, para dar lugar al nacimiento de la música grupera y al conjunto “Los Aragón”.
Los Aragón iniciaron un recorrido musical por la región; logrando impactar al publico. Su singular éxito los llevo a ocupar un lugar entre la bella música, la que llego para quedarse la música de hoy, mañana y siempre. Le llegaron contratos para tocar en los lugares más populares y graban con la marca Musart poco más de 55 discos de larga duración.
El éxito de sus actuaciones personales, les trajo consigo contratos para películas y giras más allá de nuestras fronteras. Los Aragón rompieron con los esquemas de su época. El antecedente del grammy premio a lo mejor de la música; fue ganado por los Aragón, con la canción “Sin Final” tema de la película el vuelo del Fénix.
En esta región del camino real y los chenes; Los Aragón fueron innovadores de la música tropical, del bossa nova, del Cha Cha Cha, Danzón, Mambo, y de clásicas de la música instrumental, que en estos músicos eran verdaderas creaciones. La orquesta de Don Ponciano Blanqueto era el complemento ideal para hacer de los bailes, verdaderas fiestas populares y punto de encuentro de las familias .
En 1961 se incorpora a este versátil grupo, Ruy Medina Mena, que es quien catapulta a Los Aragón” a otras dimensiones del mundo de la música. Canciones como Tema de Tracy, Amor Indio, Macarena Mambo, Sin Final, Atlántico, El Cable, La Vaca Vieja (su himno), eran tocadas por todas partes y los Aragón pasan a la historia como los pioneros de la música grupera en México, mucho antes que Los Socios del Ritmo de Campeche, Los Pentágonos, Los Sonor´s de Sonora por citar algunos.
Gener, Ruy, Sigfrido, Manolo, Pavía y Fernando, llenaron toda una época, hoy ya no están sobre el escenario, solo queda el recuerdo de sus actuaciones, de sus canciones y de la huella imborrable de la música, que hiciera bailar a nuestros padres y abuelos, la música alegre, contagiosa que hoy se añora. Porque ya no están Los Aragón.
